Dios omnipotente, creador y conservador de todas las cosas.
Tú, que eres llamado fuente de la luz y de la sabiduría, dígnate
infundir en las tinieblas de nuestro entendimiento un rayo penetrante
de tu claridad, que nos encienda en amor tuyo y de la verdadera
sabiduría, apartando de nosotros la ignorancia y el pecado.
Tú, que haces elocuentes las lenguas de los pequeñuelos,
llena de celestial erudición las nuestras y derrama en nuestros
labios la gracia de tu bendición.
Concédenos PERSPICACIA para entender, DOCILIDAD para aprender,CAPACIDAD para retener, SUTILEZA para interpretar y GRACIA para hablar.
INSTRUYENOS en el principio de nuestro estudio, DIRIGENOS enel medio y LLENANOS de sabiduría en el fin. Tú que eres verdaderoDios y verdadero Hombre y vives y reinas por los siglos de lossiglos. AMEN.

En un ambiente rebosante de hormonas adolescentes rezábamos esta "ORACIÓN PARA EL PRINCIPIO DE LA CLASE". Daba igual que fuera primera hora de la mañana o última de la tarde. Cuando el padre Victorino llegaba todos nos poníamos en pie y rezábamos a coro esta oración. 

Sus clases de matemáticas eran un universo alternativo. Su didáctica de la vieja escuela nos llevaba a la repetición exhaustiva de frases que en aquel momento (y probablemente hoy también) carecían de sentido: "La derivada de una función en un punto es precisamente el coeficiente angular de la tangente a la función en dicho punto". 
Para recordar unos cuantos decimales del número pi tenía una regla nemotécnica que decía:
"Soy y seré a todos definible,
mi nombre tengo que daros,
cociente diametral siempre inmedible,
soy de los redondos aros."
Después tan solo había que sustituir las palabras por su número de letras y nos queda un número pi con 19 decimales.

Sus castillos de fracciones eran tamaño pizarra y su resultado siempre terminaba siendo 2. "-Simplifique-" Nos gritaba cuando dejábamos algo simplificable escrito en la pizarra. 

A veces recurría a números circenses para explicar conceptos físicos. Nadie pensaba que aquel venerable anciano fuera capaz de sujetar con una mano una rueda de bicicleta, pero todo era posible gracias al "radio vector".

"Lo que han estudiado ustedes me lo como con pólvora y no me muero" Repetía cada vez que nos entregaba un examen corregido. Posiblemente sus insultos ahora le habrían llevado a la cárcel por racista. Sus preferidos eran "Besugo Moro" y por oposición "Merluzo Marroquí". Aunque "Atontao que no entiende nada" o "despotenciao" también resonaban en nuestro pueriles oídos. 

Pero lo mejor de todo llegaba cuando nos hacía recoger todo y poner las manos encima de la mesa. "-No manipulen-" nos decía. Había llegado el momento de la historia del día. Sin duda su mayor éxito era la historia de la negra que había conocido en una estación de tren y que hablaba cinco idiomas. Dios mío cómo podía ser aquello se preguntaba. Gracias al él aprendimos que el camión de la lejía conejo tenía la matrícula número 103 y en el interior del 0 estaba el agujero para meter la manivela y arrancar el motor. También nos contaba sus secretos de confesión. "Padre vivo con un hombre que no es mi marido, pero dormimos en camas separadas. ¿Es pecado?". 

Sus lecciones de moral a veces rozaban el surrealismo. El hombre no comprendía esa obsesión por la juventud por el desnudo y nos decía. "Porque yo he visto muchas mujeres desnudas... en una mesa de mármol... y no les he hecho nada." Solo hubiera faltado eso pensamos todos. 

Un día llegó a clase con una noticia del periódico que decía que un tren había atropellado a dos adolescentes cogidas de la mano. Sus conclusiones fueron las siguientes. "Las dos chicas estaban enamoradas una de la otra y para sellar su amor prohibido e incomprendido por la sociedad habían decidido suicidarse juntas." 

Su faceta cómica la solía explotar contando los chistes en primera persona como si los hubiera vivido:

Un día iba en el tren, en un departamento de esos hay cuatro asientos frente a otros cuatro, y estábamos tres, dos hombres más y yo.
Cogí la conversación empezada y uno le decía al otro:
-Así que usted es ruso...- Y el hombre apurado porque no debía saber nada de Rusia empieza.
-Muchos rusos en Rusia. - Tras un silencio valorativo añade
-Muy buena la ensaladilla rusa- y a los pocos segundos replica.
-Muy emocionante la montaña rusa, y de que parte de Rusia me ha dicho que era- Insiste.
-Yo ser de la Estepa- Contesta el Ruso con su tosco acento.
-Buenísimos los polvorones de la Estepa- 





Baño de mujeres


Sin duda era obra de una mente preclara, un visionario. Esa costumbre de ir en parejas al baño había sido optimizada. Se acabaron los turnos. Parecía una pequeño homenaje a "El fantasma de la Libertad" de Luis Buñuel. Qué mejor lugar que sentado en un retrete para exponer y desmontar los consensos ideológicos del día a día. 


Sin embargo si alguno tiene la necesidad irrefrenable de comer tiene que preguntar por "ese lugar" donde encerrado con un pestillo puede saciar su estómago.

Los faros reflejaban en la densa niebla y la carretera se hacía difícil de ver. Las rayas en la calzada pasaban una tras otra sin solución de continuidad. El triple concierto de Beethoven ponía la banda sonora a una húmeda mañana. Era una atmósfera que me transportaba a las calles de Londres, acompañado por mis drugos buscando a nuestra próxima víctima. 
Bajo del coche y vuelvo a mi realidad. Ir a la oficina del paro siempre es una experiencia, a veces divertida, a veces surrealista y con frecuencia mísera y nimia. La niebla se había convertido en una intensa lluvia. El paraguas era obligado. 

A mi llegada a la oficina del paro, como si de un rey se tratara, las puertas se abren a mi paso. Una extraña sensación recorre mi interior. Algo pasa. ¿Dónde esta la gente? Parece que el agua se ha llevado a todas esas especies alóctonas que suelen parasitar dentro de la oficina del paro esperando a que el empleo caiga del cielo. "Los días de lluvia los parados no trabajan" pensé. Parece un buen título para mi próximo post. 
Como en la verdulería aquí también se coge número. Según escupía el ticket con mi número la megafonía me anunciaba que me dirigiera a la mesa 26. 

- Buenos días. Vengo a poner mi estado en demandante empleo - Digo amablemente.
- Es que no lo sabes hacer por internet - Me responde de forma desagradable a quién le debía haber interrumpido el café de las 10 de la mañana. 
- Si que sé, pero entonces usted no tendría nada que hacer y lo más probable es que la despidieran - Respondí entre ofendido e indignado.
- Si eso faltaría. A ver dame el DNI. - 

La señora iba de pantalla en pantalla de su aplicación informática buscando algo que no encontraba. Yo hacía rato que lo había visto. Estaba ahí, en letra grande en mitad de la pantalla. Con soberbia se levanta y se dirige a una compañera y tras lo que me parecieron cinco interminables minutos vuelve a la mesa.  Parecía que le habían enseñado. 

- Aquí tiene - Me dijo, mientras me devolvía mi DNI. 
- Sin duda yo lo había hecho más rápido por Internet -

Aunque no confío en que la oficina del paro me encuentre trabajo ahora seguro que no lo hace.

Cadencia Horribilis

El pulso un poco acelerado pero no creía estar nervioso. Mis manos no estaban frías, tampoco sudaban. Respiré profundamente y el primer arpegio sonó con decisión. Dos compases tardaron mis manos, mi mente y la partitura en tomar caminos distintos. De repente me vi en una extraña situación todavía inexplorada por mi. Parar y volver a empezar y evidenciar mi nerviosismo o echarle cara y seguir como pudiera.  Mis dedos cayeron en alguna parte pero no dónde debían. No estaba cómodo las notas disonaban en mi cabeza, no daba una en su sitio, que horror. A saltos y tropiezos iban pasando los compases y las frases. De una forma torpe y trastabillada consigo llegar a la última frase. Esta tiene que ser la mía, pienso. Si al menos acabo bien... Abro la mano para hacer las octavas y al subir la mano al fa sostenido mis dedos extendidos chocan contra el frente del piano. Dolor. Ya que hemos llegado hasta aquí acabaremos. "Cadencia Horribilis" empapada en sudor frio. 


Una mala tarde la tiene cualquiera. Chiquito de la Calzada.

Cuatro Semanas


Cuatro semanas de curso pueden cundir mucho. Mi ignorancia es inmensa que pero cómo no sé que lo ignoro... estoy tan feliz. 
Cuatro semanas de conceptos antes desconocidos: 

Mockup, responsive, CRUD, Scrum, bootstrap, singleton, inyección de dependencias, modelo vista controlador, request,  routes, data mapper, table gateway, response, dispatch, render, layout, controller, enviroment, virtual host, view helpers, test driven development... Todavía alguno me queda grande.

Cuatro semanas de expresiones iterativas:
El exámen de los lunes, el cochino windows,  el tripalium,  duro contra el muro, Show me your money, Señores... Give me my money, Whatever, What the Fuck, ¿Qué pasa hoy en el mundo?

Cuatro semanas de sabiduría concentrada: 
"Si no eres rubia y no estás buena... ¿para qué pones foto en el curriculum?"
"Lo que el empresario mira en un currículum es a ver qué coño ha estado haciendo este tio el año que ha estado en paro."
"No se te ocurra entrar a una entrevista de trabajo con el 20 minutos debajo del brazo."
"Un grado superior es una mieeeeeerda"
"La pornografía mantiene la mente limpia"

Cuatro semanas de cosas varias: 
Hombres con taconazos, anguila en inglés se dice "eel", el gos geometric.

Cuatro semanas de referencias cinéfilas:

"Hear that Mr Anderson that is the sound of inevitability (Matrix)"
"I drink youuuur milk shake! (Pozos de ambición)"
"Alaaaaaaaarm"
"Buck Rogers in the 25th Century"
"The Wire"
"Walking Dead"
"24"
"Yo sé todo lo que hay que saber sobre Orson Wells"


Cuatro semanas de nuevas páginas web:
nytimes.comgithub.com, bitbucket.compivotaltracker.com, teambox.compinterest.comthemeforest.net, 960.gs, blueprintcss.orgphp.netbluehost.com, powweb.com, hetzner.de, dynahosting.com, hawkhost.comawwwards.com, thefwa.comcoggle.itgetbootstrap.com 
savetoby.com, milliondollarhomepage.com 

Hace días que no me llamas y te echo de menos. Cierto es que lo tuyo no eran maneras. La siesta o intempestivas horas de la noche eran tus momentos preferidos para llamarme. Recuerdo aquellas veces cuando me llamabas para venderme canales de televisión y te decía que era invidente para que no me dieras más la paliza. O cuando me llamabas para venderme lineas de teléfono móvil y mi tarifa siempre era mejor que la que me ofrecías. 

Últimamente has perdido facultades. Sólo me llamabas para venderme lo que ya os había comprado.  Me estaba cansando de vosotros. No servía de nada deciros que no me volvierais a llamar. Al día siguiente otra vez lo mismo. Os conocía a todas y me gustaba llamaros por vuestro nombre, eso os desconcertaba. A veces vuestra insistencia en lo imposible era irritante. 

Hubo un tiempo en el que intenté que dejarais de llamarme. Llamé a mi operador para decirle que tenía un acosador y quería bloquear sus llamadas. Me respondieron que eso solo podían hacerlo si tenía una denuncia ante la policía. También me decían que les mandara un fax. No me apetecía. Pensé en comprarme un teléfono con la posibilidad de filtrar las llamadas entrantes pero mi economía de desempleado me lo desaconsejaba.

Otras veces les aguantaba el sermón y les compraba lo que me vendían y cuando llegábamos al momento de la grabación los interrumpía. Les decía que como hablaban tan deprisa no se podía entender lo que decían y que desconfiaba de ellos. 

Finalmente opté por pasar al ataque. Esta vez era yo quien intentaba venderles a ellos. Un lote de Jamón de Teruel con tres botellas de vino del Somontano. Todo por 65 euros. Es una oferta que no puede rechazar, les decía. -Es usted muy gracioso señor- me respondió un día Margaríta la joven teleoperadora con acento sureño.




Recientemente he cometido el error de mi vida, y para que podaís aprender de mi error aquí os dejo mi historia. Todo comenzó como otras muchas cosas con mis problemas a la hora de cagar.

No, no estaba estreñido, no era un problema de regularidad sino de técnica. Parecía ser que el pelo de mi culo había crecido a una longitud tal que los pequeños zurullos se quedaban constantemente atrapados en la tupida selva que había entre los mofletes de mi culo. Esto me producía una terrible sensación de desasosiego, sabía que algo más tenía que caer pero el mojón seguía enredado entre la maraña de pelo por mucho que lo sacudiera. Normalmente podían ocurrir dos cosas: o bien hacerlo bajar con un poco de papel, intentando pinzar el pastel rebelde (lo cual requiere una cuidadosa precisión para no manchar con la criatura todo mi trasero, ya que no tenía forma de ver lo que estaba haciendo); o simplemente  ir a por todas, ponerse a limpiar confiando en que eliminara toda suerte de materia fecal sobrante antes de atascar el váter con el papel higiénico.

Pensando en mi problema creí tener, lo que en aquel momento me pareció, una brillante idea. "¡Ea! Es mi culo y son mis pelos del culo ¿verdad? ¿Por qué no puedo simplemente eliminar todo el pelo, y así mis zurullos fluirán como lo hace la cerveza de un barril?" Me dije a mi mismo. Esta declaración pasara a los anales de la historia como otras muchas declaraciones de las que ahora se lamentan... "¿Cuantos indios podría haber?" Preguntó el General Custer. "¡Parece un buen día para un paseo en coche!" De JFK. De la misma guisa fue mi idea del afeitado anal.

Esa misma noche realicé la operación, con una barata maquinilla desechable y una toalla para sentarse. Empecé por la parte inferior desde la raja hacia las mejillas. El proceso de de librar a mi culo de pelo había comenzado. Ocasionalmente tenía que limpiar la cuchilla de pelo acumulado y restos diversos. Poco a poco mis dos montañas gemelas y el barranco que las separaba parecían las de un bebe. Finalmente pasé la navaja una vez última vez y observé mi trabajo. La toalla estaba cubierta de pelo, pero mi culo era suave como el marfil. Sonreí satisfecho pensando que mis problemas habían terminado. 

Yo no sabía. 

Ahora tengo un gran respeto por los pelos de culo. Como todo lo que Dios ha creado los pelos del culo también tienen su propósito. Justo después de afeitarme empecé a aprender todo lo que no había tenido en cuenta. Para empezar había fricción. Al día siguiente cuando iba de camino a la escuela bajo el sol y después de haber subido dos tramos de escaleras empecé a sudar y a sentir una desagradable sensación. El sudor se acumulaba en la raja del culo y facilitaba que las dos mejillas deslizaran una sobre a la otra a cada paso. Pensé en ir al baño y limpiarme pero tenía que ir a clase. Con el tiempo pensé que se secaría.

Por desgracia se seco. Pero sólo después de que se mezclara  con los restos microscópicos de mierda que flotaban alrededor de mi estrella marrón. Cuando me levanté después de clase, mis mejillas estaban pegadas con una mezcla de sudor y mierda pegajosa y viscosa. De camino a mi casa empezó a picar. ¡Maldita sea, tenía que picar! Sentía como un colonia de hormigas iba haciendo su camino hacia arriba y hacia abajo a lo largo de la raja de mi culo. Luchando para que mi mano no se quedara atascada ahí abajo mientras escarbaba corrí de vuelta a casa. 

Con tan mala suerte, una vez más, este ejercicio me hizo sudar, y cuando llegué mis mejillas se deslizaban entre si como dos sapos cachondos. Rápidamente me bajé los pantalones y traté de secar el culo poniéndolo frente al ventilador y abriendo mis mofletes. Según abría los dos montículos de carne un hedor horrible llenó la habitación. Los perros en un radio de cuatro manzanas comenzaron a aullar. Lo peor estaba por llegar. El rancio aroma a mierda y sudor entró en el ventilador y esté soplo de nuevo en mi cara puesta entre las piernas. Aguantando el vómito y mareado por la situación me senté. A mi mente solo venía un pensamiento: "¿Va a ser así hasta que me vuelva a crecer el pelo?".

Como mejor pude continué haciendo frente a la situación. Limpiándome el culo a la menor oportunidad descubrí otro maravilloso uso del pelo del culo. Ventilación. Cuando trataba de tirarme un pedo este se quedaba atrapado entre mi mofletes. Al parecer, sin pelo, los dos gemelos hacen vacío y el resultado es un pedo frustrante que se desliza de arriba a abajo entre las mejillas como hámster perdido. 

Por si no fuera suficiente ahora sufro nuevas torturas. Todo el mundo sabe que después de afeitarse el pelo crece como si fuera un rastrojo. Imagina tu culo con la textura de un estropajo. Es una agonía infernal. En muchos momentos miro por la ventana y pienso en saltar. Es preferible acabar chafado contra la acera que soportar esta constante tortura.

Amigos. No os afeitéis los pelos del culo.

Traducción Libre de:
http://leedeth.wordpress.com/2006/12/03/do-not-shave-your-ass-hair/


Canción Biográfica.


Parece mentira, con lo que yo he sido en el mundo caspa, que no hubiera oído este esperpento de canción.
Sin duda sólo un genio (o un completo gilipollas) es capaz de componer unos versos así y cantarlos con tamaño descaro. Sin duda ha creado un nuevo genero musical: Canción Biográfica.



The dark side of the rainbow

Rock-sinfónico con toques de psicodelia es ideal para las noches de setas. Sin duda pensé que las setas se las había comido todas el que escribía esa historia. Internet está lleno de referencias al asunto. A pesar de que la banda niegue que lo hicieran de propio la coincidencia es asombrosa. Tan sólo hay que ponerse la película "El mago de oz" y cuando ruja el león de la metro darle al play de "The dark side of the Moon" de Pink Floyd. Entonces la música fluye dentro de la película y al revés. Parecen hechas a medida.



Un señor de Puerto Rico,
colgó en su balcón un loro
de rica pluma y buen pico,
un loro que era un tesoro
y a su amo costó un pico.
Un vecino suyo, moro,
de Tetuán, recibió un mico
y a este mico, lo ató el moro
en su balcón, ante el loro
que así quedo frente al mico.

Tanto y tanto charla el loro,
que un día se enfada el mico
y con la furia de un toro,
lo embiste; se esconde el loro,
rompe la cadena el mico,
salta a la jaula del loro,
sale el loro, pica al mico,
chilla el mico, grita el loro...
se asoman al ruido el moro,
y el señor de Puerto Rico.

-Porque no encierra a su loro?
-Porque no ata bien su mico?
- exclaman los dos a coro
y uno le echa mano al loro
y el otro tira del mico.
Cae el mico sobre el loro,
el loro le clava el pico,
los dientes rechina el mico...
y, asustado, muerde al moro
y al señor de Puerto Rico.

Este reniega del loro,
y jura matar al mico,
mientras furibundo, el moro,
provoca al amo del loro,
y embiste al loro y al mico.
Hacia arriba vuela el loro,
se escurre hacia abajo el mico
y, faltándole al decoro,
caen, trabados en lucha, el moro
y el señor de Puerto Rico...

- ¡Ay! moro si pierdo al loro!
exclama el de Puerto Rico
y airado, replica el moro:
- Pagará caro tu loro,
cristiano, si pierdo al mico!!
Los imita arriba el loro,
muecas, hace abajo el mico,
y no se sabe si el moro,
es quien habla, o si es el loro,
o el señor de Puerto Rico.

Crece el trajín: vuela el loro
y va a caer sobre el mico...
Furioso el de Puerto Rico
viendo en peligro su loro,
quiere ahora matar al mico.
Le da un empujón al moro,
le dispara un tiro al mico,
yerra el tiro y mata al loro,
se desmaya. Ríe el moro
y corre en busca del mico...

Risueño regresa el moro,
con el loro y con el mico,
ríe el de Puerto Rico,
le envía, muerto, al loro
y una carta con el mico.
Dice: "seis onzas de oro
por atentar contra el mico,
a un infiel, reclama un moro,
guarde disecado al loro;
pero págueme ese pico..."

Viendo esto, el amo del loro,
se lanza furioso al mico;
mata al mico, mata al moro...
muertos moro, mico y loro
Se embarca...
Y a Puerto Rico!!!
Anónimo 

Pintada

De uno de mis viajes a Murcia me encontré con una pintada que rezaba así:



Le hice la foto y marché. Cuatro años más tarde la pongo aquí.


Este es un conocido agujero de seguridad de windows pero que puede venirnos bien de vez en cuando. Seguramente alguna vez os habrá saltado el menú de las "sticky keys". Éste se activa manteniendo pulsada la tecla mayúsculas un rato  o pulsándola 5 veces seguidas. Pues bien este menú también lo podeís activar desde la ventana de login cuando os está pidiendo usuario y contraseña. Básicamente lo único que hay que hacer es sustituir el programa que lanzan las "sticky keys" por el "cmd" y tendreís una consola en modo administrador para vosotros. Vamos allá.

Lo primero que necesitamos es tener acceso físico al ordenador para iniciarlo con un sistema operativo que arranque desde CD o USB. Teneis muchas alternativas: Knoppix, Linux Mint, Damn Small Linux, y para los que les den miedo los pingüinos siempre podeis optar por Mini Windows XP.

Un vez arrancado el ordenador desde CD o USB hay que buscar el fichero del sistema real ubicado en:

c:\windows\system32\sethc.exe 
y haceros una copia de seguridad para poderlo restaurar más tarde.
Un vez echa la copia de seguridad os haceis una copia del fichero:
c:\windows\system32\cmd.exe 
y lo renombrais como el anterior.

Ahora ya se puede reiniciar el ordenador de forma habitual, y cuando te pida usuario y contraseña pulsaremos 5 veces la tecla mayúsculas o shift. En este momento debería salir una ventana de terminal en modo administrador. Ya podemos hacer lo que queramos pero para cambiar la contraseña el comando es el siguiente:
>net user tuNombreDeUsuario NuevaContraseña
Si no recuerdas tu nombre de usuario puedes escribir sólamente
>net user
y te aparecerá el menú "windows style" con la lista de usuarios.

Un vez cambiada la contraseña es recomendable volver al dejar los ficheros sethc.exe y cmd.exe como estaban si no quieres tener el agujero ahí.


Cuantas veces has olvidado la contraseña porque tu ordenador se encarga de guardarla y te la mostraba con unos maravillosos puntitos.

Ver lo que hay debajo de esos puntitos es muy sencillo. Con google chrome no hace falta tener nada más instalado. Con mozilla nos hará falta instalar firebug.

Pues bien tan fácil como darle al botón derecho en el campo contraseña y pinchar en el campo "Inspeccionar Elemento".


Una vez pinchas se te abre una ventana en la parte inferior del navegador con el código fuente de la página web.
El la línea que se encuentra sombreada te encuentras lo siguiente:

<input type="password" name="Passwd" id="Passwd">
Tan sencillo como hacer doble click sobre "password" y cambiarlo por "text" y voila. Aparecerá la contraseña que hay debajo de los puntos. A la vista de este sencillo truco podeís ver lo poco recomendable que es permitir al navegador que recuerde tus contraseñas.



Los Nudos

Casarse una soltera recelaba,
temiendo el grave daño que causaba
el fuerte ataque varonil primero
hasta dejar corriente el agujero.
La madre, que su miedo conocía,
si a su hija algún joven la pedía
con el honesto fin del casamiento,
procedía con tiento,
sin quitarle del todo la esperanza,
hasta que en confianza
al galán preguntaba sigilosa
si muy grande o muy chica era su cosa.
Luego que esta cuestión cualquiera oía,
alarde al punto hacía
de que naturaleza
le había dado suficiente pieza.
Quién decía "yo más de cuarta tengo";
quién "yo una tercia larga la prevengo";
y un oficial mostró por cosa rara
un soberbio espigón de media vara.
Tan grandes dimensiones iba viendo
la madre y a los novios despidiendo,
diciéndoles: - Mi niña quiere un hombre
que con tamaños tales no la asombre:
un marido de medios muy escaso;
y así, ustedes no sirven para el caso.
Corrió en breve la fama
del extraño capricho de esta dama,
hasta llegar a un pobretón cadete
que, luego que lo supo, se promete
vivir en adelante más dichoso
llegando con astucia a ser su esposo.
Presentose en la casa
y, lamentando su fortuna escasa,
dijo que hasta en las partes naturales
eran sus medios en pobreza iguales.
Oyendo esta noticia,
la madre le acaricia,
y, como tal pobreza la acomoda,
al cadete en seguida hizo la boda.
Ajustada conforme a su deseo,
en la primera noche de himeneo
se acostó con su novio muy gustosa,
sin temor, la doncella melindrosa;
mas, apenas su amor en ella ensaya,
cuando enseñó el cadete un trastivaya
tan largo, tan rechoncho y desgorrado,
que mil monjas le hubieran codiciado.
La moza, al verlo, a todo trapo llora;
llama a su madre y su favor implora,
la que, en el cuarto entrando
y de su yerno el cucharón mirando,
empezó del engaño a lamentarse
diciendo que le haría descasarse.
Y el cadete, el ataque suspendiendo,
así la habló, su astucia defendiendo:
- Señora suegra, en esto no hay engaño;
yo no le haré a mi novia ningún daño,
porque tengo un remedio
con que el tamaño quede en un buen medio.
Deme un pañuelo; me echaré en la cosa
unos nudos que escurran, y mi esposa,
según que con la punta yo la incite,
pedirá la ración que necesite.
Usté, que por las puntas el pañuelo
tendrá para evitar todo recelo,
los nudos, según pida, irá soltando
y aquello que la guste irá colando.
No pudiendo encontrar mejor partido,
abrazaron las dos el prevenido:
al escabullo encajan el casquete,
y la alta empresa comenzó el cadete.
Así que la mocita
sintió la titilante cosquillita,
a su madre pidió que desatara
un nudo, para que algo más entrara.
Siguieron la función según se pudo,
a cada golpe desatando un nudo,
hasta que al fin, quedando sin pañuelo
el potente ciruelo
dentro ya del ojal a rempujones,
apenas ver dejaba los borlones.
Mas ella, no saciando su apetito,
decía: ¡Madre, quite otro nudito!
A que exclamó la vieja, sofocada:
- ¡Qué nudo ni qué nada!
Ya no queda ni nudo ni pañuelo,
que estás con tu marido pelo a pelo.
- ¡Cómo!, la hija respondió furiosa.
¿Pues qué hizo usté de tan cumplida cosa?
¡Ay, Dios se lo perdone!,
siempre mi madre mi desdicha fragua;
todo lo que en las manos se le pone
al instante lo vuelve sal y agua.
El Jardín de Venus
Félix María Samaniego
 

El Cañamón

Cierta viuda, joven y devota,
cuyo nombre se sabe y no se anota,
padecía de escrúpulos, de suerte
que a veces la ponían a la muerte.
Un día que se hallaba acometida
de este mal que acababa con su vida,
confesarse dispuso,
y dijo al confesor: - Padre, me acuso
de que ayer, porque soy muy guluzmera,
sin acordarme de que viernes era,
quité del pico a un tordo que mantengo,
jugando, un cañamón que le había dado
y me lo comí yo. Por tal pecado
sobresaltada la conciencia tengo
y no hallo a mi dolor consuelo alguno,
al recordar que quebranté el ayuno.
Díjola el padre: - Hija,
no con melindres venga,
ni por vanos escrúpulos se aflija,
cuando tal vez otros pecados tenga.
Entonces, la devota de mi historia,
después de haber revuelto su memoria,
dijo: - Pues es verdad; la otra mañana
me gozó un fraile de tan buena gana
que, en un momento, con las bragas caídas,
once descargas me tiró seguidas
y, porque está algo gordo el pobrecito,
se fatigó un poquito
y se fue con la pena
de no haber completado la docena.
Oyendo semejante desparpajo,
el cura un brinco dio, soltó dos coces,
y salió por la iglesia dando voces
y diciendo: - ¡Carajo!,
¡echarla once y no seguir por gordo
¡Eso sí es cañamón, y no el del tordo!
El Jardin de Venus. 
Felix María Samaniego.

Escatología

Como a Don Quijote con sus libros de caballerías en mi casa también se mantenían algunos libros fuera de mi alcance. "El Diccionario Secreto I"  de Camilo José Cela o como le conocíamos "El diccionario del huevo" (véase la imagen) era el libro prohibido por excelencia. 

Pues bien, entre sus hojas siempre andaba escondida una cuartilla de papel escrita a máquina que me hacía especial gracia.  Tenía un color amarillento y cierto olor a viejo. Rezaba así.

NOSTALGIA
Fui el otro día a cagar,
y cagué un vagón de mierda.
Eso se llama cagar,
y no esos cagones de mierda
que se ponen a cagar
y no cagan una mierda.

¡Cagar! oh placer divino,
que a mi corto parecer
aunque sea el más cochino
y nada tenga de fino,
me sabe al mejor placer.

¡Cagar! sentirla caer
la mierda sobre la taza,
notar como se desplaza
del culo para extender
un perfume que dilata,
con ansias de hacer feliz
de la más grande nariz
hasta la nariz más chata.
Por eso vengo a contar
triste de mí, mal poeta
lo que el humano paleta
nunca se atrevió a pintar.
Por eso venga a ensalzar
y cantar mucho más fuerte
los placeres de cagar
que no se pueden estar
en un silencio de muerte.

Porque aquí el hecho real
es que todo el mundo caga.
Desde el obrero sin paga
al más alto ministral.
Caga el rico, aunque sea
mierda dura o diarrea.
Caga el pobre más piojoso,
y la mierda es igual de fea.
Caga el niño, el anciano,
la niña cursi, la idiota,
el criado, la marmota.
!Caga todo ser humano!
función que a nadie rehusa
que aún el ideal sin par
en el hecho de cagar,
el estomago incluye.

Es una verdad señores
imposible de negar,
no intentemos disfrazar
las cosas simples con flores.
Veamoslas como son
en el terreno imparcial
y contésteme al final
si llevo o no razón.
Imagínate lector
que a mis estrofas honor
hace tu vista pasando.
Imagínate a tu amor,
tu Dulcinea ¡cagando!
Porque...¡Caga! es verdad
y aunque el mundo es tontería
ven tu a la realidad.

Mira como está sentada
como los dientes aprieta
sobre la falda arrugada.
Pasando está sudaderas
hechas de dulzura y miel
en la otra mano un papel
fino o basto... como quiera.

Ahora fíjate no puede
echar ese poco más
de mierda que queda atrás.
Mas se oye un ruido... se pede
se ha tirado un pedo ¡ZAS!
Ya está la mierda lanzada
mira el placer infito
de su cara iluminada
no hizo poco bien ni nada
el tirarse un buen pedito.

Al encontraros los dos,
si tu también has cagado
aunque no lo dices, claro
notarás que ella ha cambiado
y sois ambos muy felices,
lo que viene a demostrar
en este presente
que aunque a si mismo se mienta
el mundo en su trasegar
es el placer de cagar
el que más quiere la gente.

Y en fin para conclusión
que no diga el mundo entero
si no es placer verdadero
trás una buena digestión
cagar con satisfacción
y llenar un buen agujero.


El verano pasa sin pena ni gloria. Las únicas noticias que tenemos es que los jueces están de vacaciones y amenazan con hacer huelga. Por fin llega una noticia. El día 3 de septiembre tenemos reunión con la autoridad laboral. Ignoro que autoridad será esta ni lo que pinta en todo esto. Yo creía que con el juez bastaba. Cada día entiendo menos.

3 de septiembre de 2012.
Otra vez de mesa redonda. Bufando como jabalí llega tarde el asesor laboral de la empresa excusando su tardanza en que había tenido que ir al banco porque estaba en numeros rojos. Indignado por lo que estoy oyendo exclamo con descaro y petulancia:

-Imáginese de que color son nuestros números a 200 de marzo que estamos hoy.-
Al ver que ha metido la pata se calla e intenta que comience la reunión. 

En esencia se cuenta nuestra historia desde el génesis hasta el apocalipsis pero con la autoridad laboral delante que toma nota sin perder detalle.

-Muy bien en menos de quince días tendremos el informe para el juez.- Concluye la autoridad.


20 de septiembre de 2012
La espera se hace angustiosa y nuestras arcas están vacias. Llegan noticias. Y como no puede ser de otra forma no son buenas. El jucio que tenía la Señora A. despedida en el apocalipsis de final de año ha fallado declarando el despido nulo. Esto significa que todo el proceso que hemos realizado hasta el día de hoy hay que volver a repetirlo. Suma y sigue.

25 de septiembre de 2012
De nuevo hemos sido convocados por la administracion concursal para repetir la reunión que se celebro el 27 de junio. Otra vez lo mismo pero 3 meses más tarde. Como estamos cansados de esperar y queremos irnos al paro de una vez firmamos con acuerdo y de este modo intentar que se agilice todo un poco más. 

31 de octubre de 2012
Ahora toca repetir la reunión del 3 de septiembre. Al menos hemos ganado un mes. Más de lo mismo.

Las previsiones más optimistas hablan que en dos semanas estaremos en el paro, yo que soy realista y visto como ha ido el proceso digo que para mitad de diciembre.


22 de junio de 2012

Los capítulos de Twin Peaks se suceden uno tras otro. Las lechuzas no son lo que parecen. Mientras tanto la empresa tiene que hacer frente a los distintos pleitos interpuestos por antiguos trabajadores. Esta vez le toca el turno al Señor B. Éste fue despedido en el capítulo del Apocalipsis  y ahora tiene el juicio final. Por azares de la vida tras el pleito el Señor B se ha puesto a hablar con la administradora concursal y ésta se ha enterando para su sorpresa que nosotros todavía estamos yendo al trabajo. Inmediatamente ha convocado una reunión para el miércoles de la semana que viene.

27 de junio de 2012

Hemos quedado en un bar. A la reunión sólo han ido nuestro abogado y el Señor M por ser nuestro representante. Las noticias que trae de la reunión no nos sorprenden pero nos indignan. Ni el jefe ni el asesor había solicitado el periodo de consultas así que lo solicitó la administración concursal la semana pasada al enterarse de nuestra situación. En la reunión de hoy se ha firmado sin acuerdo así que ahora tenemos que esperar a que el juez nos despida. Por otra parte no hace falta que sigamos yendo al lugar de trabajo. Estamos de permiso retribuido.

Ya solo nos queda esperar.


24 de mayo de 2012

Sentados de nuevo en una mesa todos los trabajadores, el jefe, el asesor laboral de la empresa y nuestro abogado. 

-Para ciertos viajes no son necesarias alforjas- Dice nuestro abogado iniciando la guerra.
-No vamos a firmar nada que nos haya dado ya un juez así que si queréis que firmemos con acuerdo ya podéis buscar el dinero donde haga falta. Si la empresa no tiene lo buscáis debajo de esas piedras- Decía el abogado mientras señalaba un parterre que se veía en el balcón. -Y si no es ahí que sea un tercero el que pague- Haciendo referencia a la nueva empresa creada por nuestros jefes. (Inversiones Payaruelos en aquel momento, aka Terralabscontrol posteriormente en un alarde de imaginación) 

-No vayas por ahí que no sabes de lo que hablas- Replica el jefe con cierto mosqueo.

Una hora más tarde salimos de la reunión. Una hora repitiendo como un mantra el mismo discurso. Sólo teníamos una cosa clara. El siguiente paso es que la empresa abra el periodo de consultas para que lleguemos o no a un acuerdo y poder así liquidar nuestros contratos.

7 de junio de 2012

Han pasado dos semanas desde la reunión en la asesoría. Nosotros seguimos acudiendo al puesto de trabajo. Matamos las horas viendo series y películas en el ordenador. El Señor R ha cogido la baja. Al menos no nos da el coñazo.
De momento ni el jefe ni el asesor han alentado ni por el culo. Cansados de la ausencia de información le preguntamos al jefe que qué pasa con el periodo de consultas.

-Yo no quiero saber nada. Preguntadle al asesor.- Responde con su cara de a mi no me preguntes.

Hablar con el asesor es una tarea harto complicada pero cuando nuestro representante el Señor M. lo consigue nos dice que no nos preocupemos que ya está solicitado y que en cualquier momento se abrirá.


Han pasado tres días desde la noticia. Seguimos yendo al trabajo. Aunque de trabajo ya tiene poco. A la espera de noticias por parte del jefe nosotros ya hemos hablado con nuestro abogado y nos ha dicho que al estar en un concurso de acreedores antes del despido hay que abrir un periodo de consultas donde los trabajadores deben firmar si están de acuerdo o no con las condiciones del despido.

De nuevo el jefe nos convoca a reunión. Esta vez no nos sentamos. Nos ponemos todos en corro y miramos al jefe para que hable.

-Hay que ir mañana todos a la asesoria a las 4 de la tarde. Es que como se va a hacer extinción de todos los contratos que hay teneis que firmar un papel. Yo le voy a pasar ahora para que calcule todos los finiquitos de todo lo que se adeuda y lo que habeis enviado de vacaciones. Mañana se darán por concluidos los contratos pero con los quince días de preaviso. Entonces no se si habeís gastado vacaciones... bueno si no hace falta no hace falta que vengais. Allí os hablarán de lo que es el finiquito y bueno lo tiene que preparar porque es un despido colectivo en base al concurso de acreedores que estamos sumergidos.- 

Nuestro compañero y recientemente electo represante sindical el señor M pregunta:
- ¿Entoces estos quince días que son? ¿el periodo de consultas?

-Bueno periodo de consultas no sé a que se refiere, más que nada digamos a ver si estais todos de acuerdo en rescindir los contratos, entonces dentro de quince días está todo liquidado sino hay que ir despido por despido y entonces va más lento.- Responde sin mucha seguridad el jefe.

La reunión había sido corta y poco aclaradora. Volvemos a llamar al abogado. Sus palabras fueron más o menos estas: "Antes de ir a la asesoría que me manden los papeles a mi y de momento no firmeis nada"

A pesar de comunicarle al jefe estas palabras, él desentiende y tenemos que ser nosotros los que nos pongamos en contacto con la asesoría para que mandara dichos papeles al abogado.

Ahora que teníamos un abogado ya no teníamos que ir al día siguiente para firmar. La reunión se pospuso 7 días más. Algo olía raro.