Eppur si muove

Mi hermana piensa que tengo problemas serios en el trabajo. No tengo problemas sólo es cierto miedo a los mustélidos. Es algo parecido al pavor que ella ha tenido siempre a los cánidos. Mi hermano y su novia piensan que tengo novia o algo parecido. Craso error. Yo no lo desmiento. Tampoco les doy razón. Qué más quisiera yo. Sin embargo mi madre ha dicho que estoy hecho todo un rapsoda. A nadie dejo indiferente.

No es la primera vez que han insinuado que podría ser cura. Un (in)subordinado me ha dicho que podría ser párroco. No sé como tomármelo. Aunque suene un poco más despectivo supongo que un párroco es algo más que un simple cura. Creo que este fin de semana se ordena mi amigo el postulante elegante.

[...] Pensaba que tenía controlada la situación. A través de sus vibrisas controlaba los movimientos de sus posibles presas.

Lo que no sabía es que quien otrora fuera su alimento estaba mutando para convertirse en su principal depredador. Su nuevo enemigo no iba a ser compasivo esta vez. La venganza nunca había sido su estilo, pero esta vez ya no le quedaba piedad. Su ataque sería mortal. [...]

Et lutra ferebatur super aquas.

Incompetencia amenazante desafía con soberbia mi posición en la jerarquía de mando. Psicosis obsesiva mezclada con trastornos bipolares invaden mi statu quo. Todos en derredor me comprenden y apoyan, ninguno se moja. No hay bemoles. El perro está rabioso, ataca y muerde. Nadie le quiere colgar el cascabel. Tenemos miedo como los niños al hombre del saco. Solo hay una salida. Huir.

[...] El enemigo es sedentario y territorial. Durante el día duerme y se esconde en cuevas subterráneas llegando incluso a ocupar las guaridas de otros mamíferos, pero siempre y por lo general cerca de los cursos fluviales.[...]