Pringao

Me había cogido las dos semanas de vacaciones que me quedaban del año pasado. Por supuesto el móvil del trabajo estaba apagado. Martes, ya llevo un día de cobrar sin trabajar. Suena mi teléfono personal. Ignoro el número de mi interlocutor. Respondo. Oigo la voz de mi jefe. Mierda algún marrón, pienso. Efectivamente.

- Oye, estás por aquí o ¿te has ido a algún sitio?
- No, estoy por aquí.- Le respondo como un gilipollas.
- Ya sé que es una cuchillada pedirte esto pero puedes ir mañana a hacer unos cross-holes por la mañana. A cambio terminas tus vacaciones un día más tarde.
- De acuerdo.- Le respondo como un auténtico pringao.

Intento madrugar. Morfeo se adapta rápido a las nuevas costumbres. Aún así llego al pringadero o lugar de trabajo a una hora prudente. Tras soportar las mofas de mis compañeros cargo la furgoneta, me llevó a un peón y parto al tajo.

Son las 9.30. La hora acordada eran las 8.00. Después de empezar a montar el chiringuito para ensayar los pilotes veo con sorpresa que los tubos están vacíos. Deberían estar llenos de agua. Busco al encargado. Le cuento el problema. Le hago notar que me parece una ofensa contra la teología el hacerme abandonar mis vacaciones para ir allí y que aún así no hayan tenido la decencia de llenar los tubos de agua.

Me sugiere que nos vayamos a almorzar, mientras un par de mauritanos llenan a pozales los tubos. Me hago mis cuentas. Más de 250 litros de agua a pozales. Demasiados viajes al Río. El Gallego no queda lejos pero estará a más de 200 metros. Lo veo complicado. Nos vamos a almorzar.

Un bar regentado por un trio de los debían de ser empresarios con buen corazón pero parecían unos yonquis profesionales. El café era bueno. Pido también media docena churros. (A tomar viento la dieta). Craso error. Estaban fríos y habían embebido todo el aceite hacia dentro. Toda la mañana recordando su sabor.

Volvemos al tajo. Como era de esperar no está preparado. Le hago notar mi falta de acuerdo con su formalidad. Recogemos los cacharros y nos vamos. Creí que solo me iban a joder un día de vacaciones pero por lo visto va a ser alguno más.

Llego al laboratorio. El viernes anterior le doy ordenes expresas a "panchito" de que el sábado no hay que ir a trabajar. Para mi "no sorpresa" veo que me ha dejado para que le firme un parte de horas del sábado. Subo a ver "sietemesino" de mi jefe y le digo que "panchito" a desobedecido ordenes directas de su superior. Le dejo caer que en el convenio eso está estipulado como un tipo de falta pero que desconozco cual. (Lo sé soy un poco cabrón pero después de joderme las vacaciones para no hacer nada... lo ha pagado el quizás el que menos se lo mereciera).

Vuelvo a soportar más mofas de compañeros. Recojo mis cosas y me voy a casa.

1 comentario

Reptil Gusano dijo...

De pringao nada. Solo estas haciendo acopio de suficiente valor moral para cogerte un dia libre cuando te salga del glande.

"Si, vera..., es que en semana santa me voy al Pirineo con unos amigos, asi que me gustaria cogerme el lunes de pascua libre, por eso de curarme de la resaca y de la pangastritis producida por la ingesta incontrolada de pimientos radiactivos..."