El verano pasa sin pena ni gloria. Las únicas noticias que tenemos es que los jueces están de vacaciones y amenazan con hacer huelga. Por fin llega una noticia. El día 3 de septiembre tenemos reunión con la autoridad laboral. Ignoro que autoridad será esta ni lo que pinta en todo esto. Yo creía que con el juez bastaba. Cada día entiendo menos.

3 de septiembre de 2012.
Otra vez de mesa redonda. Bufando como jabalí llega tarde el asesor laboral de la empresa excusando su tardanza en que había tenido que ir al banco porque estaba en numeros rojos. Indignado por lo que estoy oyendo exclamo con descaro y petulancia:

-Imáginese de que color son nuestros números a 200 de marzo que estamos hoy.-
Al ver que ha metido la pata se calla e intenta que comience la reunión. 

En esencia se cuenta nuestra historia desde el génesis hasta el apocalipsis pero con la autoridad laboral delante que toma nota sin perder detalle.

-Muy bien en menos de quince días tendremos el informe para el juez.- Concluye la autoridad.


20 de septiembre de 2012
La espera se hace angustiosa y nuestras arcas están vacias. Llegan noticias. Y como no puede ser de otra forma no son buenas. El jucio que tenía la Señora A. despedida en el apocalipsis de final de año ha fallado declarando el despido nulo. Esto significa que todo el proceso que hemos realizado hasta el día de hoy hay que volver a repetirlo. Suma y sigue.

25 de septiembre de 2012
De nuevo hemos sido convocados por la administracion concursal para repetir la reunión que se celebro el 27 de junio. Otra vez lo mismo pero 3 meses más tarde. Como estamos cansados de esperar y queremos irnos al paro de una vez firmamos con acuerdo y de este modo intentar que se agilice todo un poco más. 

31 de octubre de 2012
Ahora toca repetir la reunión del 3 de septiembre. Al menos hemos ganado un mes. Más de lo mismo.

Las previsiones más optimistas hablan que en dos semanas estaremos en el paro, yo que soy realista y visto como ha ido el proceso digo que para mitad de diciembre.


22 de junio de 2012

Los capítulos de Twin Peaks se suceden uno tras otro. Las lechuzas no son lo que parecen. Mientras tanto la empresa tiene que hacer frente a los distintos pleitos interpuestos por antiguos trabajadores. Esta vez le toca el turno al Señor B. Éste fue despedido en el capítulo del Apocalipsis  y ahora tiene el juicio final. Por azares de la vida tras el pleito el Señor B se ha puesto a hablar con la administradora concursal y ésta se ha enterando para su sorpresa que nosotros todavía estamos yendo al trabajo. Inmediatamente ha convocado una reunión para el miércoles de la semana que viene.

27 de junio de 2012

Hemos quedado en un bar. A la reunión sólo han ido nuestro abogado y el Señor M por ser nuestro representante. Las noticias que trae de la reunión no nos sorprenden pero nos indignan. Ni el jefe ni el asesor había solicitado el periodo de consultas así que lo solicitó la administración concursal la semana pasada al enterarse de nuestra situación. En la reunión de hoy se ha firmado sin acuerdo así que ahora tenemos que esperar a que el juez nos despida. Por otra parte no hace falta que sigamos yendo al lugar de trabajo. Estamos de permiso retribuido.

Ya solo nos queda esperar.


24 de mayo de 2012

Sentados de nuevo en una mesa todos los trabajadores, el jefe, el asesor laboral de la empresa y nuestro abogado. 

-Para ciertos viajes no son necesarias alforjas- Dice nuestro abogado iniciando la guerra.
-No vamos a firmar nada que nos haya dado ya un juez así que si queréis que firmemos con acuerdo ya podéis buscar el dinero donde haga falta. Si la empresa no tiene lo buscáis debajo de esas piedras- Decía el abogado mientras señalaba un parterre que se veía en el balcón. -Y si no es ahí que sea un tercero el que pague- Haciendo referencia a la nueva empresa creada por nuestros jefes. (Inversiones Payaruelos en aquel momento, aka Terralabscontrol posteriormente en un alarde de imaginación) 

-No vayas por ahí que no sabes de lo que hablas- Replica el jefe con cierto mosqueo.

Una hora más tarde salimos de la reunión. Una hora repitiendo como un mantra el mismo discurso. Sólo teníamos una cosa clara. El siguiente paso es que la empresa abra el periodo de consultas para que lleguemos o no a un acuerdo y poder así liquidar nuestros contratos.

7 de junio de 2012

Han pasado dos semanas desde la reunión en la asesoría. Nosotros seguimos acudiendo al puesto de trabajo. Matamos las horas viendo series y películas en el ordenador. El Señor R ha cogido la baja. Al menos no nos da el coñazo.
De momento ni el jefe ni el asesor han alentado ni por el culo. Cansados de la ausencia de información le preguntamos al jefe que qué pasa con el periodo de consultas.

-Yo no quiero saber nada. Preguntadle al asesor.- Responde con su cara de a mi no me preguntes.

Hablar con el asesor es una tarea harto complicada pero cuando nuestro representante el Señor M. lo consigue nos dice que no nos preocupemos que ya está solicitado y que en cualquier momento se abrirá.


Han pasado tres días desde la noticia. Seguimos yendo al trabajo. Aunque de trabajo ya tiene poco. A la espera de noticias por parte del jefe nosotros ya hemos hablado con nuestro abogado y nos ha dicho que al estar en un concurso de acreedores antes del despido hay que abrir un periodo de consultas donde los trabajadores deben firmar si están de acuerdo o no con las condiciones del despido.

De nuevo el jefe nos convoca a reunión. Esta vez no nos sentamos. Nos ponemos todos en corro y miramos al jefe para que hable.

-Hay que ir mañana todos a la asesoria a las 4 de la tarde. Es que como se va a hacer extinción de todos los contratos que hay teneis que firmar un papel. Yo le voy a pasar ahora para que calcule todos los finiquitos de todo lo que se adeuda y lo que habeis enviado de vacaciones. Mañana se darán por concluidos los contratos pero con los quince días de preaviso. Entonces no se si habeís gastado vacaciones... bueno si no hace falta no hace falta que vengais. Allí os hablarán de lo que es el finiquito y bueno lo tiene que preparar porque es un despido colectivo en base al concurso de acreedores que estamos sumergidos.- 

Nuestro compañero y recientemente electo represante sindical el señor M pregunta:
- ¿Entoces estos quince días que son? ¿el periodo de consultas?

-Bueno periodo de consultas no sé a que se refiere, más que nada digamos a ver si estais todos de acuerdo en rescindir los contratos, entonces dentro de quince días está todo liquidado sino hay que ir despido por despido y entonces va más lento.- Responde sin mucha seguridad el jefe.

La reunión había sido corta y poco aclaradora. Volvemos a llamar al abogado. Sus palabras fueron más o menos estas: "Antes de ir a la asesoría que me manden los papeles a mi y de momento no firmeis nada"

A pesar de comunicarle al jefe estas palabras, él desentiende y tenemos que ser nosotros los que nos pongamos en contacto con la asesoría para que mandara dichos papeles al abogado.

Ahora que teníamos un abogado ya no teníamos que ir al día siguiente para firmar. La reunión se pospuso 7 días más. Algo olía raro.

Lunes, 14 de mayo de 2012

Lunes voy a trabajar. No tengo prisa en llegar el primero. Ya me deben dos meses de sueldo y varias pagas extras. No merece la pena correr. Un par de minutos antes de llegar me suena el teléfono. ¿Que querrá el pesao este? Pienso para mi.  

-Si digame- Respondo inocente al teléfono.
-Oye chief ¿Estás muy lejos?- Me increpa el señor R con su acento del Este.
-No ¿por?-
-Que ha venido el jefe y ha dicho que en cuanto llegues que subamos a su despacho todos.-

Por primera vez en 7 años en la empresa el jefe nos quería reunir a todos. Algo pasaba. Por una parte no quiero que sea lo peor pero otra parte de mi -cansada ya de la situación- quiere cambiar de aires y pasar página.

Todos en fila subimos al despacho del jefe, mientras yo enciendo la grabadora del teléfono móvil y me lo meto en el bolsillo de la camisa. (Por si acaso)

-Mejor vamos a la sala de reuniones- Dice cabizbajo el baranda.
-Pasamos y nos sentamos un momento. Espero que haya sillas para todos.- Replica esperando que le riamos la gracia. 

Nadie sonrie.

Un vez sentados todos frente a él continua con su teatrillo de comedia:

-No hace falta que os pongais todos contra mi.- 

El ambiente era tenso, no era momento de hacer gracias.

-Yo creo que sabeis que no estamos cobrando... que no hay manera de cobrar, ¿vale?. Entonces le propusimos a la administradora concursal tener una reunion para que sea ella la que decida. Yo creo que hasta el miercoles no vamos a tener esa reunion. La reunion para decirle que no podemos aguantar sin cobrar porque además tampoco tenemos dinero ni para gasoil ni para nada. Yo creo que el miercoles decidirá ella rescindir todos los contratos puesto que por muy buenas maneras se tardará que la gente pague las facturas. Entonces como no hay dinero ni para subir a las obras... yo no sé si teneis que subir o no a alguna obra.-

-A recoger  probetas a Tauste.- Respondo yo.

-Vale pues ahora lo hablamos. ¿Que obras son las que tenemos abiertas como obras de... las gordas? La de Acciona, la de Tiermas...-

Los pensamientos invaden mi cabeza, pero.. ¿cómo te van a pagar si no sabes ni a quién tienes que cobrar?

-Pues de momento llamar a las de Mariano, Acciona y tal y les decís que no podemos subir a coger muestras. Que como no estamos cobrando no tenemos capacidad de acometer los trabajos que hay. Que las muestras que hay aquí las sacaremos. Vamos a ver como lo podemos hacer pero que no vamos a subir a por muestras y no vamos a atender los trabajos.-

-El fin ha llegado- musito entre dientes. 

-Yo creo que el miercoles liquidará. Lo cual implica que directamente ireis al paro y se cobrará lo pendiente de la masa. Lo que hay pendiente de este año se cobrará de la masa con lo cual eso lo teneís asegurado. Lo que os quede pendiente de las dos pagas, eso habrá que pedirla... me parece que paga el 80% el fogasa. No sé si teneis alguna cantidad más pendiente... alguno?.-

-Señor Jefe las pagas extras que nos debes son tres y media.- Replico indignado.

-Bueno pues ponerlo. Yo creo que dirá extiguir. Nosotros no tenemos capacidad, hemos intentado que la reunion sea hoy o mañana, nos han puesto para el 16 que es... miercoles. Hoy es 14, creo que el miercoles será el día que vayamos para allí. ...y nada más.-

Un tenso silencio invade la sala cuando el señor R empieza a hablar:
-A ver... que yo no he pillado bien. Si nos vamos el miercoles al paro el 25% de la nómina de marzo y la de abril...?-

-Eso se cobrará rápido porque digamos las nóminas desde que se está digamos en concursal eso se paga del dinero que se cobre. Como hay dinero por cobrar eso se pagará. Lo que yo no te puedo decir es cuando. Intentaremos el miercoles que nos diga cuando se cobrará y también te digo que es la administradora la que tiene que rescidir los contratos y logicamente los rescindirá porque si le digo que ni hemos acudido a las obras...-

La reunión ha terminado y con ella una etapa laboral. 


(Tenga a bien mi querido lector que si no ha entendido algo de lo que dice el señor Jefe yo tampoco lo entendí en su momento. Dichas partes son una transcripción literal de la grabación de la reunion.)


La luna llena ilumina la carretera en una agradable noche de verano. Las Variaciones Goldberd suenan a toda virgen en la radio del coche. De fondo se oye el inconfundible tarareo de Glenn Gould. Hipnotizado por el contrapunto voy conduciendo hacia casa. No voy deprisa. Más bien despacio, 80 km/h por la autovía y la ventanilla bajada. Hace ya algún kilómetro que he advertido su presencia. Un coche grande detrás de mi. A una distancia prudencial. Sigo a mi marcha. Poco a poco se me va acercando. Miro por el retrovisor y veo como se enciende una sirena y me hace señales para que pare en el arcén. La policía local... ¿Qué coño querrán?

Me detengo en el arcén enciendo las luces de emergencia y espero. Por el retrovisor observo como dos agentes se bajan del vehículo, se ponen sus gorras y sus chalecos de alta visibilidad. Vienen hacia mí. Uno se queda detrás de mi coche y el otro se acerca a mi ventanilla.

- Buenas Noches. - Saludo cordialmente mientras bajo el volumen de la radio.
- Buenas Noches. Sabe porque le hemos parado - Replica el agente.
- Lo ignoro. - Respondo ávido de una respuesta.
- Su conducción es sospechosa.
- ¿Sospechosa de qué? - Pregunto intrigado mientras me doy cuenta que no la sentado muy bien mi respuesta al policia.
- Documentación por favor - Espeta el agente sin explicación alguna.

El mejor momento para buscar los papeles del coche. La oscuridad de la noche.

- Tiene algún incoveniente en que le sometamos a un control de alcolemia.
- Ninguno.

El compañero ya tiene preparado el alcolímetro y me da la boquilla.

- Sople por la boquilla hasta que yo le diga que puede parar.
- No se preocupe. Conozco el procedimiento.
- 0.0. ¿Ha tomado drogas?

¿Pero estos gilipollas me han visto cara yonki o es que están cabreados porque Mariano les ha quitado la paga extra de Navidad? Pienso para mi.

- No señor.
- Muy bien, abra la boca.

Flipando en colores abro la boca y me mete un bastón parecido a los de los oídos. Espero que este no estuviera usado. Lo frota contra mis carrillos y lo mete en una especie tubo de ensayo. Lo sacude, lo agita, lo mira, lo pone delante de los faros, lo vuelve a agitar y aquello seguía igual.

- Parece que no nos ha mentido.
- ¿Acaso me ha visto cara de felón? - Respondo indignado. Por la cara que pone la palabra "felón" no está en su vocabulario.
- Espere por favor.

Ahora el muy capullo se me pone a mirar las ruedas. Espero que lo próximo no sea un tacto rectal porque no me he cambiado de calzoncillos, aunque con los ataques diarreícos que he padecido últimamente igual se llevaban una sorpresa.

- ¿Lleva algo en el maletero que le pueda comprometer?
- Como no sea la rueda de repuesto....
- Le importa abrirlo.
- Está abierto. - Mi indignación es mayúscula.

El agente gilipollas abre el maletero y al ver que no hay nada lo cierra. Mientras su compañero regresa con la documentación y me dice.

- Está todo correcto puede continuar.

Vuelvo a subir la radio pero ahora suena la Pasión según S. Mateo. Seguramente me habrán parado por mi buen gusto musical pienso.

Extinción

Hace más de un mes que las tinieblas cubren el abismo. Las despensans están vacias, no queda pan. Ayer nos cortaron las comunicaciones. La desesperación y la irracionalidad nos abruma. El canibalismo se acerca. El sistema opresor nos intenta dividir, ponernos unos en contra de los otros. Lo más débiles pierden sus fuerzas por la boca y sucumben a los encantos del enemigo. Al final y como nos demuestra la historia las subespecies alóctonas mueren matando. De una forma u otra nos joderá. La historia se repite. Otros son parásitos. Se aprovechan de los demás. En el fondo les envidio. A mi parecer los peores son lo cizañeros y oportunistas. Su falsedad se ve desde el más allá. En cualquier momento van a encontrar lo que no se esperan. Una respuesta. 

El meteorito se acerca. Puedo notar el hedor a fósforo y azufre. La mierda nos va a salpicar. Estamos alerta. La luz del sol ya no nos ilumina. Tristes candiles muestran un camino inexplorado. Oscuro, tortuoso. No sabemos dónde está el final.  No nos faltan palabras de ánimo. Sólo son palabras. La anómalia de Iridio muestra la discontinuidad. El hombre sin química lo dirá.  

Mi abuelo Luis

Luis se levantaba de la siesta cuando se despertaba. Daba igual que fueran las siete de la tarde y hubiera invitados en casa. Despeinado y envuelto en sudor se apoyaba en el marco de la puerta del salón y saludaba a los presentes con un "¡Quiay!". Se afeitaba y perfumaba y volvía al salón.
Delante de la tele la mano izquierda, en jarras, la apoyaba en la cintura mientras que con el dedo gordo de la mano derecha buscaba el canal (de los dos posibles) que le interesaba. Sus gustos eran: Toros, equitación, boxeo, fútbol, ciclismo, tenis, golf y cualquier cosa con pelota.

Se sentaba en su sofá y jamás apoyaba la espalda en el respaldo. Inclinado hacia delante ponía su mano izquierda sobre la rodilla del mismo lado con  los dedos hacia el interior del muslo. De esta forma tenía la otra mano libre para coger su botella de agua o el tenedor para pinchar algún gajo de cebolla de su eterna ensalada.

A Luis le gustaba contar historias. La del caballo "atorzonao"  y la de cómo le había clavado la espuela de la bota en el cuello a un individuo porque le había robado la paleta del albañil eran las dos más famosas

Tenía gusto por el vino y sabia filosofía de vida. Una probable ascendencia calé explicaría multitud de detalles de su existencia.

Apocalipsis.

Lucky Luciano hubiera sido más discreto. Esto es más parecido a la ira divina, la cólera de Dios. Como en el Apocalipsis las revelaciones se van sucediendo una tras otra. De momento han caído dos miembros del rebaño. Por un lado la oveja negra ha sido degollada con un cuchillo herrumbroso por balar en mal momento. La misma suerte ha tenido la vaca herida que ya no daba leche y tampoco servía para carne. Aún muertas sus espíritus aletean sobre nuestras cabezas blandiendo una afilada espada de Damocles.

La falta de liquidez es evidente. Los grifos se cierran. Hay que hacer acopio de combustible para el invierno. El picante sabor a gasoil inunda mis encías.  Esto es lo más parecido al  hálito divino o al beso de la muerte.

22:40 Primeros síntomas. Todo hacía presagiar que la noche iba a ser larga. Tenía sueño pero sabía el dolor no me iba a dejar dormir. Poco a poco "in crescendo" el dolor se hacía más insoportable. No había postura cómoda. La tele todavía me produce más dolor. La apago. Intento distraerme. Recojo la casa. Plancho unas camisetas. Escobo el salón y la cocina. Sólo me falta limpiar el baño. No estoy de humor.

Me voy a la cama. No puedo estar tumbado. Me siento. Ahora la espalda también me duele. Me entran nauseas. Voy al baño. Ingentes cantidades de saliva salen de mi boca. Intento vomitar no sale nada. Parece que el dolor se calma. Me siento en el sofá. Encuentro una postura. Parece que no duele y vuelvo a la cama. Falsas esperanzas el dolor regresa. "La eutanasia!!! Que me la pago yo- Pienso para mi. Vuelvo al sofá en busca de esa postura anterior. Fracaso. Paseo arriba y abajo. Respiro profundamente. Me estiro. Alivio pasajero. Vuelvo a la cama.

04:32 Creo que me duermo.

[...]

Tras mi última visita al médico me dieron los resultados de la ecografía. Conclusión: Hígado para hacer Foie. Vesícula exprimida como un limón.
En siete días tendré los resultados de mis nuevos análisis y cita con el especialista.

Voy al galeno. Le cuento mis dolores. Analiza mi sangre. Nada es concluyente. Podrían ser piedras en la vesícula o quizá en el riñón.
Necesita más pruebas. Me manda una ecografía.

[...]

Llego a la sala de espera. Me llaman cinco minutos antes de la cita.

-¿Ha traído la cita?- Me pregunta una asistente (llamarla enfermera sería ofender al gremio).
- No. - Respondo
- ¿Y el volante? -.
- Tampoco. Me llamaron por teléfono y me dijeron que viniera. La citación me la mandarían por correo. Pero no estaban seguros de que la recibiera a tiempo. De todas formas si es perentorio podemos llamar al consultorio y que nos la manden por fax, o correo electrónico. - Replico decidido.
- Es que sin volante, nosotros no podemos hacer nada. -
- Si no pueden hacer nada lo pedimos pedimos y ya está. De todas formas lo que pedían era una exploración en el hipocondrio derecho. -
- Si bueno, pero eso a mi no me sirve de nada. -
- Y ahora dígame usted. Si no he traído la cita ¿Cómo sabían que tenían que llamarme?. Y si me han llamado ¿bien sabrán lo que tienen que mirarme?-
- Es que ese no es protocolo - Espetó la señora.

En mitad de la diatriba apareció el que era el ecógrafo interesándose por nuestro dialogo. Le vuelvo a explicar la situación.

- Ah bueno, no pasa nada. ¿Qué te pasaba para que el médico te mandara aquí?- Me pregunta el ecógrafo quitándole hierro a la situación.

Después de contarle mi historial de punzadas y aguijonazos nocturnos me tumbó en la camilla y empezó la exploración.

-Coge aire.- Me decía, mientras me pretaba la tripa con útiles del diablo untados en un pringue electroconductor. Yo cogía el aire y el me lo sacaba.
Una y otra vez me preguntaba si había comido algo. Y mi respuesta era siempre la misma. -Estoy en ayunas.- No le cuadraba lo que estaba viendo.

Llamó a un colega. Y le hizo explorarme. Los dos coincidían. Por lo visto tengo la vesícula atrofiada. Lo cual acojona un poco.

-Tendrá los resultados dentro de cuatro días. Límpiese y se vista.- Me dice la mujer desagradable e incompetente.

-Para no haber traído la citación ni el volante. ¿No ha sido tan complicado, verdad?- Respondí con ironía.

Lunes 04:25 AM.

Me despierto inmerso en dolor. Ahí está de nuevo. Bajo la última costilla derecha. No me deja dormir. Me acuesto sobre el lado izquierdo. Duele. Me doy la vuelta. El dolor se hace insufrible.  Me incorporo. Me siento en la cama y me pongo la almohada como respaldo. Parece que el dolor se atenúa.  La boca se me llena de saliva. Tengo nauseas. Me levanto al vater. Escupo. Intento vomitar. Nada. Esfuerzos inútiles. Vuelvo a la cama. Me vuelvo a levantar.

Me siento en el sofá. Pongo la tele. No encuentro postura que no me duela. Me retuerzo en una espiral de dolor. Menos mal que mañana es fiesta y no tengo que madrugar.  Decido que esto no es normal. Tendré que ir al médico.  En la tele sólo hay teletiendas y tarots en directo.  El dolor aumenta.  Ninguna distracción lo calma.

Voy a la cocina. Me hago una manzanilla. Al primer trago tengo que levantarme a vomitar. Cuatro pedazos de salchicha a medio digerir salen por mi boca.  El resto se queda dentro. Vuelvo al sofá.  Termino la manzanilla. Parece que el dolor se templa y me relajo.  Respiro con cierto alivio.  57 channels and Nothing on.

08:10 AM. Vuelvo a la cama. Busco la postura menos dolorosa y me quedo inmóvil.  Me duermo.

Huevos Rotos

Después de aliviar la presión intracraneal con mi anterior post, me decidí a investigar por la red algo que mencionaba en dicha epístola. Cocer un huevo en el microondas. Con cascara sabía que era imposible. Quizá haciéndole unos buenos agujeros no explote con mucha virulencia pero me temo que el resultado puede ser catártico.

Siguiendo mi dieta hipocalórica con el avieso fin de llegar a tiempo a la operación bikini me tocaba cenar: "un huevo cocido, esparragos y un yogur desnatado". Allá que iba. Como hombre de ciencia nada me detendría.

Casqué el huevo en un vaso pequeño de duralex. Dicho vaso es parte de mi dote así que nada podía fallar. Tapé el vaso con un film o flim o lámina fina y transparente de plástico apta para microondas, o como leches se llame. Le hago un agujero de unos 3 milímetros de diámetro en el centro y lo meto al pequeño horno del diablo. Encima del vaso le pongo una tapa de plástico, como medida protectora también apta para MO.  Cierro la puerta y lo pongo a toda potencia durante 2 minutos. No llevaba 10 segundos cuando oigo un notable petardazo. Paro el chisme. Abro la puerta y veo el huevo todavía crudo. Le vuelvo a dar marcha. Ignoro la siguiente explosión. Será parte del proceso. A través del cristal veía como la tapa de cristal se levantaba a cada explosión. Al minuto treinta y cinco segundos había ocurrido el Big Bang Egg. Huevo cocido desparramado por el microondas.

Seguro que Ferrán Adriá lo incluye en su siguiente carta. Aunque yo sería más partidario de decir que he reinventado los huevos rotos. Recogí con mis manos los pedazos esparcidos por el cubículo a la par que me los iba comiendo. Le faltaba sal.  Agarrada en el culo del vaso estaba la yema del huevo. Cocida. Quizá demasiado para mi gusto.

Posibles fallos:
- Poco flim. La próxima vez no escatimar y envolver bien el vaso para evitar que se levante la parte superior. Si es posible fijarlo con cinta americana o en su defecto precinto de embarlar.

- Vaso pequeño: en un vaso más grande las explosiones se habrían disipado mejor.

- Mucho tiempo o demasiada potencia: Al ignorar sus efectos los variaré según el método científico de ensayo y error.

P.S. De todas formas me sigue pareciendo el mejor cuece leches que se ha inventado. También el más caro.

Baja laboral. El Alternador. Urgencias utópicas. Antigüedad. Circuitos corroidos. "No me mandes más al Peruano que me la ha liao". Deudores. Incompetencia en derredor. La gasolina está muy cara. Vampiros mañaneros. Pesaos de media tarde.  Preguntas improcedentes. Jode-siestas. Respuestas inesperadas. Horarios maratonianos. Caraduras. Chofer a domicilio. Fuerza Bruta. Cocer un huevo en el microondas. 30 de febrero.

Estancados en mi cabeza se arremolinan pensamientos. Todos tiene su explicación, su historia. Cada una más larga y más enrevesada que la anterior. A ratos, apático, me sumerjo este mundo oscuro y entro en resonancia. Todavía me preguntan que si estoy enfadado. No preguntes. Dame motivos para reír. Hazme feliz.  Cámbiame el chip. Psicología inversa.

La mierda es un buen lugar para mandar a muchos. La educación me lo impide. Maldita educación. La venganza es un plato que se sirve frío. Tengo que ver esa película.

Indignado y resignado a la vez. Aceptaré ésta derrota. Nuevas batallas voy a librar. Solo ante batallones enteros. No resultaré herido sino que saldré vencedor.

Felicidades

Lo siento. Estoy atascado. No me salen las palabras. Solo desearte lo mejor. Sé feliz.  El inexorable paso del tiempo me hace meditar... Estoy cansado. Física y mentalmente. Creo que necesito una cerveza. Emborracharme con amigos. Dos como mucho. Cuatro serían multitud. Filosofar y beber vermú. Los párpados se me cierran. La semana ha sido dura. Todavía queda el viernes. La próxima no es más halagüeña. (Que bonita. Una diéresis y una eñe en la misma palabra.) Todavía hay algo que me irrita más.  51 de diciembre. La sequía y la hambruna nos lleva al desanimo. Siento que mi estado en  "off" sea una felicitación de cumpleaños. 

Viernes, 10:30 AM. Duermo felizmente. De repente el teléfono me despierta y sobresalta. Brinco de la cama y respondo con carraspera mañanera.
- Si, dígame -
- Hola buenos días. Mi nombre es Eduardo Miralles. El motivo de mi llamada es que su número de teléfono ha sido seleccionado para entrar en el concurso de un bono de la lotería Euromillones. ¿Conoce usted la lotería Euromillones?
- Si, la conozco.
- ¿Es jugador de la lotería Euromillones?
- No, lo siento, no soy ludópata.
- No importa señor. Para concursar usted sólo tiene que responder correctamente a una pregunta que le voy a formular. ¿Está preparado?
- Si adelante. - Después de la panchito-letanía que me estaba soltando iba a ver dónde desembocaba lo que tenía pinta de estafa telefónica.
- ¿Cual es el slogan publicitario de la lotería Euromillones? Para contestar dispone de tres posibilidades:
 a) La vida es sueño.
 b) Euromillones, todo cabe.
 c) Sólo hace falta jugar, ¿Jugamos? 

Las dos últimas respuestas me querían sonar así que me decidí por el señor de la Barca que con los derechos de autor y la SGAE seguro que les tendrían que haber pagado a los herederos de calderón de una millonada. Si bien es cierto que las connotaciones erótico-festivas de la respuesta "b" podían darme mucho juego.

- La "a". -  dije seguro de mi.
- Enhorabuena señor ha acertado. Para que podamos continuar ¿Puede indicarme cual es su nombre?
- Soy el comisario Aceituno.- Respondí vehementemente.

No hubo más preguntas. El licenciado Eduardo Miralles había colgado el teléfono.

La gran extinción.

La glaciación había dejado un paisaje desolador. De repente la comida escaseaba, y la poca que quedaba estaba podrida. Estabamos condenados a la extinción. En un intento desesperado de supervivencia los machos dominantes han decidido en sacrificar a la tercera parte de la manada. Si no los tenemos que alimentar quizás sobrevivamos. Va a ser dificil. Pasaremos hambre. Y lo más probable es que no podamos recoger la cosecha todos los meses.

Por otra parte me siento liberado. Por fin no tengo que soportar a parasitos hierve-sangres. Creo que el descarte ha sido bueno. Las cartas que nos quedan son buenas para ganar la partida. 

The buck's stops here

Allí estabamos. Juntos otra vez. Sentado frente a tí. No sabía que decirte. Tuve que leer la chuleta. Hablamos en un lenguaje casi olvidado para mi. Con la emoción del momento las caricias pasaron a ser firmes pulsaciones. El sonido se proyectaba dentro mi cabeza. Lineas adicionales amontonadas una encima de otra. Mis dedos eran lentos y torpes. Era incapaz de ejecutarlo todo. Sin embargo me producía un placer mental que despertaba mis sentidos.

Hablé con el viento. No le entendí. La luna era enigmática. Tan negro como una noche sin luna. En mis sueños, por fin, lo entendí todo. La vida te matará... es duro, pero tiene sentido.

The solution to a problem, changes the problem.

Clarificadora pero no reveladora. Omnes vulnerat. La noche fue larga y las conversaciones repetitivas. Nadie estaba a salvo. Todos eran despellejados, incluso yo. Las espaldas no están cubiertas. Estoy en territorio enemigo. Busca una salida. Prefiero atacar. Estoy encendido. Espléndido. Hacía tiempo que no me sentía así. Diarrea mental fluía por mi boca. Menuda bronca. Casi me acojono hasta yo. Me quedé a gusto. 

Rabia contenida hacía más de tres años. El globo a punto de estallar. Sólo necesite un pequeño empujón. No quedaba ginebra, tampoco seven up, la cerveza no tenía gas. Vaya mierda bar. La discusión continua en su casa. En la terraza los vecinos nos hacen callar. Es tarde. Nos metemos dentro. No hay quórum. Una y otra vez siempre lo mismo. Me voy a mi casa. Dios en la todos.

Lo que no te mata, te hace más fuerte
Friedrich Nietzsche.

Tiernamente mortales.

Estaba claro que aquél cuadrúpedo y yo manteníamos un odio mutuo. Mi condición racional (y ochenta kilos de diferencia) me otorgaban cierta ventaja. Sin embargo sus impulsos animales me hacían temeroso de su primer ataque.

Tras un quiebro conseguí que se quedará fuera de la habitación.  Mi paz solo duró un pequeño instante. Aquel bicho tenía la capacidad de abrir las puertas. ¿Por qué aquella casa no tendría pomos redondos?

Sin tiempo de reacción saltó sobre mi pierna. Con sus uñas clavadas en mi cuerpo abrió su mandíbula y clavó sus afilados dientes en mi rodilla. Dolor intenso. Mi reacción no se demoró.

Intenté sacudirme la pierna pero el animal me había apresado con firmeza. Mi mano derecha rodeó su cuello y apretó. Pensé que soltaría inmediatamente. Error. Sus ojos, tiernamente mortales, me miraron fijamente. Su boca se abrió levemente para volverse a cerrar con más energía. Mi dolor se reavivo. Mi mano también apretó su cuello con más fuerza.

Ignoro si la estrangulación fue respiratoria, sanguínea o nerviosa. Por fin tuvo su efecto. Me soltó la pierna. Sin soltar su cuello, lo levanté en el aire y sentí como empezó a convulsionar.  Sus bigotes y su boca estaban manchados con mi sangre. El gato había estirado la pata mientras me miraba.

Seguro que ahora me tengo vacunar de algo.